21 de enero de 2006

Dos informes vinculan la dieta con los trastornos mentales

La falta de ácido fólico, ácidos omega 3 y 6, selenio y aminoácidos podrían estar relacionados con la depresión, la esquizofrenia o el mal de Alzheimer

ÁNGELES LÓPEZ

El alto consumo de productos procesados, la escasa ingesta de frutas y pescado fresco y el tipo de comida con la que se alimenta al ganado pueden ser los principales motivos del aumento de enfermedades mentales registrado en los últimos años. Estas son las conclusiones de dos informes publicados en el Reino Unido en los que se afirma que la relación entre dieta y trastornos psiquiátricos es más fuerte de lo que se creía.

La Fundación para la Salud Mental británica y Sustain, una organización que está a favor de mejorar los alimentos, han elaborado dos informes en los que se concluye que, de seguir con la misma política de salud ambiental y alimentación animal, las enfermedades mentales continuarán aumentando en los próximos años.

En los estudios se ha evaluado el tipo de dieta consumida en los últimos 50 años entre la población inglesa y lo que han observado es que el equilibrio entre minerales, vitaminas y grasas consumidas ha cambiado en ese periodo de tiempo.

Otro aspecto que han detectado es una proliferación de los pesticidas en los cultivos y una alteración de la composición de la grasa corporal en los animales debido a la dieta con la que son alimentados. Un ejemplo de ese cambio, según expone el informe, es la rapidez con la que los pollos engordan en la actualidad, dos veces más rápido que hace 30 años a costa de aumentar su grasa de un 2% a un 22%. Esa dieta ha disminuido su equilibrio de ácidos grasos omega 3 y omega 6, necesarios para que el cerebro funcione adecuadamente.

Por el contrario, y debido a una mayor ingesta de alimentos preparados, se consume más cantidad de grasas saturadas que conllevan un peor funcionamiento de los procesos cerebrales.

El informe muestra que las personas comen un 34% menos de verduras y dos tercios menos de pescado fresco, la principal fuente de omega 3, que hace 50 años.

Se piensa que la falta de ácido fólico, ácidos omega 3 y 6, selenio y aminoácidos como el triptófano podrían estar relacionados con la depresión, la esquizofrenia, el síndrome de déficit de atención con hiperactividad o con la enfermedad de Alzheimer.

El doctor Andrew McCulloch, jefe ejecutivo de la Fundación para la Salud Mental, ha declarado que "somo conscientes del efecto de la dieta sobre la salud física. Sin embargo, estamos empezando a entender al cerebro como un órgano más que se ve influenciado por los nutrientes presentes en los alimentos que comemos y cómo las dietas tiene un impacto en nuestra salud mental".

Método pionero

Así que una modificación en la dieta podría prevenir o mejorar algunos trastornos mentales como ha demostrado un programa pionero de nutrición y salud mental en el Reino Unido según informa el diario 'The Guardian'.

"[Los pacientes mentales] comen grandes cantidades de alimentos 'cómodos' como aperitivos, barras de chocolate, patatas fritas. Es muy común entre ellos beber diariamente un litro o dos de refrescos de cola. Toman un montón de azúcar pero sólo comen una porción de fruta o verdura al día, si acaso", afirma Caroline Stokes, nutricionista del programa británico.

En esa iniciativa se ha observado que algunos pacientes en los que no funcionan los fármacos y en los que se ha hecho un cambio en su dieta han presentado mejorías en su humor y energía. "Dentro del primer mes hubo una significativa reducción en su depresión. Hemos recibido cartas de psiquiátricos diciéndonos que han visto grandes diferencias", afirma Stokes.

Sin embargo, como apunta una investigadora en nutrición a la BBC, Rebeca Foster, la evidencia que relaciona salud mental y nutrición está todavía 'en pañales', "es una asociación muy complicada de analizar y en muchos casos los resultados son subjetivos [...] Es difícil sacar conclusiones".

Un reto científico

A pesar de los numerosos estudios que se han llevado a cabo sobre los trastornos mentales, todavía faltan muchas cuestiones por aclarar. Un informe publicado recientemente en la revista 'The Lancet' hacía un repaso de las posibles causas y de las diferentes terapias de la depresión.



En esta revisión, científicos de la Universidad de Edimburgo (Escocia) explicaban que aunque se estima que en el 30-40% de las depresiones hay una causa genética, no se han podido identificar los genes involucrados en este trastorno. Se piensa que en lugar de unos pocos, son muchos los genes relacionados con diferentes aspectos de la vulnerabilidad de la personas a la depresión y éstos actuarán de forman sinérgica con el medioambiente.

Tampoco están claras las relaciones entre los cambios del comportamiento de estos pacientes y las alteraciones en el cerebro. Se ha detectado un cambio en el tamaño del hipocampo que podría estar asociado con un deterioro cognitivo, sobre todo con la pérdida de memoria, sin embargo no se sabe si éste es una causa o un efecto de la depresión.

En cuanto a las diferentes terapias, los investigadores han llegado a la conclusión que las opciones más eficaces son los psicofármacos y la terapia electroconvulsiva a pesar de la mala prensa de estos tratamientos.

Según los autores, se ha magnificado los riesgos de suicidio de estos medicamentos entre la población general. Conclusión similar a la que ha llegado otro estudio, publicado en la revista 'American Journal of Psychiatry', en el que se ha comparado diferentes fármacos para evaluar si alguno de ellos conllevaba más peligro que otro.

Según esta investigación, los nuevos antidepresivos no incrementan el riesgo de suicidio en comparación con los clásicos y además disminuyen el peligro de terminar con su vida que estos pacientes tenían antes de iniciar su terapia.

Por otro lado, otra técnica que también se ha mostrado eficaz en la depresión con síntomas psicóticos (con ilusiones y alucinaciones) es la terapia electroconvulsiva. En cuanto al empleo de la cirugía o la implantación de electrodos en el cerebro, no están muy claros sus efectos a largo plazo y se precisa de más estudios para evaluarlos.

Pocos son los estudios realizados para ver la eficacia de las psicoterapias en el tratamiento de la depresión moderada o como terapia de apoyo a los psicofármacos en pacientes más graves. Por el momento, las investigaciones analizadas sobre las diferentes formas de terapias muestran que su eficacia es similar entre ellas.

No hay comentarios: