Dos astronautas observan al turista espacial mientras firma los documentos para su entrenamiento cósmico. / EFE
Si no vuelve a recibir calabazas y no sucede nada anormal de aquí al 1 de octubre, fecha señalada para el lanzamiento de la próxima tripulación de relevo a la Estación Espacial Internacional (ISS), el científico y empresario neoyorquino Gregory Olsen podrá hacer realidad por fin su sueño de viajar al espacio.
Olsen se convertiría así en el tercer turista espacial de la historia. De momento, todo se desarrolla según lo previsto. Tras múltiples peripecias y a punto de concluir las correspondientes pruebas, la comisión evaluadora del centro de preparación de cosmonautas ruso de la llamada 'Ciudad de las Estrellas', situado en las afueras de Moscú, se dispone a dar el visto bueno para que el nuevo turista estelar pueda conocer de primera mano qué se siente al ser puesto en órbita.
Olsen posó ayer ante los fotógrafos confiado y seguro de sí mismo. El año pasado no pudo superar las mismos exámenes a los que ayer mismo empezó a ser sometido. Se quedó en tierra por un problema de salud. Ahora, pese a haber cumplido los sesenta, cree que no reaparecerá la misma indisposición. Si todo sale bien, el millonario estadounidense volará en compañía de los componentes de la duodécima expedición a la ISS, su compatriota William McArthur y el ruso Valeri Tókarev.
Los dos astronautas profesionales pasarán seis meses en la plataforma espacial. Olsen, por su parte, regresará a la Tierra ocho días después del lanzamiento y lo hará en compañía de los actuales tripulantes de la ISS, el norteamericano John Philips y el ruso Serguéi Krikaliov. Ambos llevan en la estación desde abril.
20 millones de dólares
El hacendado aventurero ha tenido que pagar 20 millones de dólares por su billete de ida y vuelta a los confines de la estratosfera pero afirma no ser un turista. Durante su estancia en la ISS, Olsen se propone realizar varios experimentos científicos y filmar un video. Medirá el flujo térmico de la atmósfera para determinar el nivel de contaminación del planeta y la concentración de abonos químicos en las zonas de cultivo.
El nuevo turista del espacio se graduó en Físicas en la Universidad de Dickinson y es presidente de la compañía Sensors Unlimited Inc. Es también inventor y un reputado especialista en óptica y cristalografía. Tras finalizar su odisea, Olsen piensa dar conferencias en centros de enseñanza para explicar todas las particularidades de la vida en la ISS.
El californiano Dennis Tito fue el primer hombre que accedió al selecto club del turismo cósmico. Voló al espacio hace cuatro años.
Poco después, en 2002, lo hizo también el sudafricano Marc Shuttleworth. Al igual que sus predecesores, Olsen volará a la ISS a bordo de una nave 'Soyuz', ingenio que considera «fiable y seguro». Admite que el principal escollo al que ha tenido que hacer frente en los meses de preparación ha sido aprender el ruso.
Space Adventures es la empresa a la que han tenido que recurrir para materializar sus deseos. La misma firma ofrece ahora viajes privados a la cara oculta de la Luna a un precio astronómico, como es lógico: cien millones de dólares. Olsen no descarta enrolarse en un nuevo periplo pero no empezará a hacer nuevos planes mientras no haya concluido su aventura más inmediata. Tito y Shuttleworth le animan, le dan recomendaciones y le advierten sobre algunos momentos desagradables que le esperan, especialmente durante el despegue y el aterrizaje.
El presupuesto no me lo permite, pero la sola idea de alejarme tanto de este deplorable planeta me encanta...aunque como todo lo bueno se te tiene que pasar muy rápido.
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