La decisión llegó hoy entre lágrimas, gritos, órdenes y contraórdenes en una saga supuestamente legal pero seguida atentamente por los "papparazzi" y la prensa del corazón.
EFE
Los Ángeles (EEUU), 8 de junio.- Por segunda vez en una semana, Paris Hilton, la joven heredera de la cadena hotelera que lleva su apellido, tiene que regresar a prisión.
La decisión llegó hoy entre lágrimas, gritos, órdenes y contraórdenes en una saga supuestamente legal pero seguida atentamente por los "papparazzi" y la prensa del corazón.
A Hilton pertenecen los gritos y las lágrimas derramadas cuando escuchó al juez Michael T. Sauer repetir la orden dada en mayo de que la protagonista de "The Simple Life" cumpla condena en prisión.
Mucho más llevada por la emoción que la primera vez que escuchó su condena, Hilton, de 26 años, gritó "¡mamá, mamá! ¡No hay derecho!" al escuchar esta decisión.
Su vuelta a prisión llega tras pasar una noche en su mansión de estilo mediterráneo en Los Ángeles donde el "sheriff" del condado, Lee Baca, decidió que podía trasladarse para continuar su condena en arresto domiciliario con una tobillera electrónica que controlara sus movimientos.
Baca tomó esta decisión la madrugada del jueves tras consultar con médicos y abogados sobre una dolencia médica de la joven sin determinar y que, según los medios de comunicación, se trata de una crisis nerviosa.
Sin embargo, el fiscal Rocky Delgadillo presentó anoche una petición para determinar si el sheriff del condado de Los Ángeles actuó en desacato "al poner en libertad a la señorita Hilton" y exigió que se la mantenga bajo custodia, dijo una fuente judicial.
Mientras estos asuntos de competencia y desacato se aclaran, la que tuvo que comparecer ante Sauer para explicar su dolencia médica fue Hilton y la decisión fue devolverla a la cárcel.
Su regreso al centro penitenciario de mujeres Century Regional, a unos 20 kilómetros del corazón de Los Ángeles, incluye nuevas dudas, dado que la orden de Sauer tan sólo especifica por "el resto de su condena" sin determinar los días que le quedan por cumplir.
Según la sentencia inicial, Hilton fue condenada a 45 días de prisión por violar los términos de la libertad provisional impuesta tras conducir bajo los efectos del alcohol el pasado septiembre.
Entre los términos de su libertad provisional estaba la suspensión de su licencia de conducir, un detalle al que Hilton hizo durante meses oídos sordos a pesar de recibir el alto en tres ocasiones y que finalmente la llevó ante Sauer, quien decidió su condena a 45 días de prisión.
Baca redujo esta sentencia posteriormente a 23 días por buen comportamiento, de los cuales el jueves dio cinco por cumplidos tras su ingreso en el centro penitenciario el domingo.
Pero una vez en arresto domiciliario, Baca decidió que allí cumpliría la condena inicial de 45 días, descontados los ya servidos
Por el momento no existe una confirmación oficial sobre el número de días que le quedan a Hilton por delante en la cárcel de mujeres donde volverá a la unidad de cuidados especiales dedicada a este tipo de reclusas con notoriedad pública.
Lo que sí queda más que claro en esta nueva saga en la vida de Paris Hilton es el interés demostrado por la prensa del corazón, dispuesta a hacer de la heredera la víctima o la culpable de todas esas idas y venidas.
El circo informativo que rodeó tanto su entrada en prisión como su salida o su presencia hoy en los tribunales alcanzó proporciones similares a otros escándalos legales vividos en California como el juicio contra O.J.Simpson o contra Michael Jackson.
Las cámaras intentaron seguir cada segundo en la breve vida de Hilton fuera de prisión y el precio de sus posibles fotos entre rejas se cotizan supuestamente a medio millón de dólares.
Incluso así, Hilton y la policía hicieron un buen trabajo a la hora de eludir a los fotógrafos, tarea que parecía imposible a juzgar por la presencia a cientos de curiosos y periodistas por igual.
De la misma forma que la "chica mala" de Hollywood ingresó el domingo en prisión por sorpresa, tras pasearse por la alfombra roja de una entrega de premios, hoy las cámaras consiguieron poco más que unas imágenes borrosas y lejanas de una Hilton llorosa vestida con un jersey largo, esposada y escoltada.
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